Las leyes de la gravedad podrían ser diferentes a escala cósmica, lo que explicaría el enigma de la expansión acelerada del Universo.-
Programa de Radio 102.7 14
de Noviembre de 2024
Las leyes de la gravedad
podrían ser diferentes a escala cósmica, lo que explicaría el enigma de la
expansión acelerada del Universo
El misterio de la
expansión acelerada del universo sigue siendo uno de los grandes enigmas de la
física moderna. Hace veinticinco años, los científicos descubrieron que el universo se expande a un ritmo cada vez mayor,
un fenómeno que hasta ahora no ha encontrado una explicación definitiva. Comprender
esta aceleración implica poner a prueba las leyes fundamentales de la física,
en particular la teoría de la relatividad general de
Albert Einstein. Un equipo de investigadores de las
universidades de Ginebra (UNIGE) y Toulouse III – Paul Sabatier ha comparado
las predicciones de Einstein con datos del Dark
Energy Survey (DES). Los resultados obtenidos muestran
una pequeña discrepancia que
varía según el periodo de la historia cósmica analizado, lo cual plantea
interrogantes sobre la validez de las teorías de Einstein cuando se aplican a
fenómenos que ocurren a escalas cósmicas.
La
teoría de la relatividad general de Einstein describe el universo como un
espacio-tiempo flexible y deformable bajo la influencia de la materia.
Imaginemos este espacio-tiempo como una superficie elástica que se curva
alrededor de objetos masivos, creando lo que se conoce como pozos gravitacionales. Cuando la luz atraviesa
esta superficie deformada, su trayectoria se curva siguiendo la forma del
espacio-tiempo, un efecto que recuerda al de una lente óptica. A este fenómeno
se le llama lente gravitacional.
Desde su primera medición en 1919, durante un eclipse solar, las observaciones
de las lentes gravitacionales han demostrado ser herramientas clave para
estudiar la distribución de la materia en el universo y explorar su expansión. Este
reciente estudio emplea los datos del Dark Energy Survey, un
proyecto que cartografía las formas de cientos de millones de galaxias en un
esfuerzo por comprender cómo se distribuye la materia y cómo evoluciona el
universo. En lugar de centrarse únicamente en la distribución de la materia,
los científicos de este equipo aprovecharon los datos para medir directamente la distorsión del espacio y el tiempo,
permitiéndoles comparar sus observaciones con las predicciones teóricas de Einstein.
Al
examinar estas observaciones, el equipo franco-suizo estudió 100 millones de
galaxias en cuatro puntos diferentes de la historia cósmica: hace 3,5, 5, 6 y 7
mil millones de años. Esta variedad de periodos temporales permite observar
cómo han cambiado los pozos gravitacionales a lo largo del tiempo,
proporcionando una visión de más de la mitad de la
historia del universo.
Los resultados revelaron que, hace 6 y 7 mil millones de años,
los pozos gravitacionales eran tan profundos como lo predijo Einstein; sin
embargo, en épocas más recientes, hace aproximadamente 3,5 y 5 mil millones de
años, estos pozos son ligeramente menos profundos de lo esperado. Este período
coincide con el inicio de la expansión acelerada del universo, lo que sugiere
que ambos fenómenos podrían estar relacionados y que las leyes de la gravedad, tal y como las entendemos, podrían ser
diferentes a gran escala.
Estas observaciones ponen a prueba la robustez
de la teoría de Einstein en el ámbito cosmológico. Nastassia Grimm,
investigadora postdoctoral de la Universidad de Ginebra y coautora del estudio,
explica que la discrepancia encontrada alcanza un nivel de significancia de 3
sigma. En términos de física, esta magnitud de incompatibilidad despierta gran
interés en la comunidad científica y justifica la necesidad de investigaciones
adicionales. Sin embargo, para que se pueda refutar definitivamente la teoría
de Einstein, sería necesario alcanzar un umbral de 5 sigma,
lo que requeriría datos aún más precisos
En este contexto, los científicos tienen la
esperanza de que el telescopio espacial Euclid, lanzado hace un año,
proporcione mediciones mucho más detalladas. Este telescopio está diseñado para
observar aproximadamente 1,5 mil millones de galaxias en un periodo de seis
años, y su precisión en las observaciones de lentes gravitacionales permitirá
mirar aún más atrás en el tiempo y realizar pruebas más rigurosas de las
ecuaciones de Einstein. Con Euclid, los astrónomos podrían lograr una
comprensión más profunda de las distorsiones del espacio-tiempo y,
potencialmente, resolver el misterio de la aceleración cósmica.
La expansión acelerada del universo sigue siendo un enigma que
desafía nuestra comprensión de la física y del cosmos. Las observaciones del
equipo de las universidades de Ginebra y Toulouse representan un paso hacia la
posible reevaluación de las leyes fundamentales que gobiernan el universo.
Aunque la teoría de la relatividad general sigue siendo una de las piedras
angulares de la física moderna, estos hallazgos sugieren que, en las vastas
extensiones del cosmos, podría haber aspectos de la gravedad que aún no
comprendemos completamente.
1. Científicos quieren teletransportar a un
humano. Están cerca de conseguirlo
La idea
de la teletransportación ha fascinado a la humanidad desde hace décadas,
impulsada por la ciencia ficción y los avances en la física moderna. Lo que
hace unos años parecía un concepto imposible, está comenzando a materializarse
gracias a la investigación en computación cuántica y entrelazamiento cuántico.
Este fenómeno, que desafía las leyes de la física clásica, es la base de los
experimentos más recientes en teletransportación de estados cuánticos.
teletransportación
cuántica es una realidad desde 1993, cuando un equipo de IBM publicó un estudio
en el que demostraban que se podía teletransportar un estado cuántico. Desde
entonces, la ciencia ha avanzado mucho, permitiendo la teletransportación de
fotones a través de cables coaxiales y fibras ópticas, y llevando los
experimentos a mayores distancias, como en 2017, cuando científicos chinos
lograron teletransportar un fotón desde la Tierra hasta un satélite a 300
kilómetros de altitud.
El
entrelazamiento cuántico es el principio que permite que dos partículas
compartan un estado común, sin importar la distancia que las separe. Este
fenómeno, descrito por Einstein como “una acción fantasmagórica a distancia”,
es la base de los experimentos de teletransportación cuántica. Cuando una
partícula A está entrelazada con una partícula B, cualquier cambio en A se
refleja instantáneamente en B, permitiendo la transferencia de información
cuántica.
Aunque
la teletransportación de partículas subatómicas ha sido un logro impresionante,
el transporte de materia compleja, como átomos o células vivas, plantea retos
inmensos. La cantidad de estados cuánticos que se tendrían que replicar es
colosal, ya que el cuerpo humano está compuesto por alrededor de 10 elevado a
27 átomos, cada uno con sus propiedades cuánticas. Además, un escáner cuántico
perfecto es imposible debido al principio de incertidumbre de Heisenberg, que
impide conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula con
total precisión.
A pesar
de estos desafíos, la computación cuántica sigue avanzando. Hoy en día, Google
X ha explorado incluso la idea de la teletransportación, mientras que otros
proyectos buscan nuevas aplicaciones para el entrelazamiento cuántico. Sin
embargo, el debate ético también surge: si se lograra teletransportar a un ser
humano, ¿qué implicaría que su copia original se destruyera para ser recreada
en otro lugar? Esta cuestión ha sido objeto de reflexión filosófica y de
interrogantes sobre la identidad personal.
La
teletransportación cuántica es un campo fascinante que, aunque aún se encuentra
en sus primeras etapas, promete revolucionar nuestra comprensión de la física y
de lo que es posible en el mundo de la tecnología avanzada.
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